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Está claro que a nadie le gusta pensar que puede pasarle algo malo a nuestros familiares o a nosotros mismos, pero no asumir las consecuencias puede acarrear muchos problemas. Enfrentarse a ello y evitarlo, en la medida de lo posible, es una decisión responsable. Estar prevenidos nos permite disfrutar mejor de la vida, sabiendo que nosotros mismos o nuestras familias estarán bien en el caso de que se produzca una invalidez o un fallecimiento.
El Seguro de Vida ayuda cada año a cerca de 60.000 familias ante el desamparo por la pérdida o incapacidad de un ser querido. Tiene ese propósito: garantizar que nuestra economía o la de nuestros allegados podrá sostenerse y reponerse en caso de fallecimiento, de sufrir un accidente que pueda ocasionar invalidez, o ante el diagnóstico de una enfermedad grave. Sobre todo, cuando el núcleo familiar depende económicamente de nuestros ingresos, de tal forma que puedan llevar un poco mejor la pérdida y las nuevas circunstancias.
Normalmente son los padres los que suscriben una póliza de este tipo con el fin de que, si en el futuro sufren un percance, sus hijos recibirán ayuda económica y no se quedarán desasistidos. Pero los seguros de vida van más allá, las personas que están solas también pueden contratarlos para hacer frente a una posible situación de dependencia o invalidez derivada de un accidente o de una enfermedad, hechos cada día más frecuentes debido a la longevidad.
Es importante que la póliza contratada se ajuste a nuestro estilo de vida, familia, necesidades y presupuesto, ya que sus coberturas pueden marcar la diferencia en el futuro. Para saber el tipo de seguro de vida que más nos conviene y qué coberturas contratar, hay diferentes factores que entran en juego y que nos ayudarán a decidir: número de integrantes en la familia, edad de los hijos, necesidades familiares, deudas y pagos mensuales, etc.
El seguro de Vida contempla tres modalidades: Vida Riesgo, Vida Ahorro y Vida Mixto. El de Riesgo es el más contratado en España y el más conocido. Se activa en caso de muerte o incapacidad del contratante aportando la cuantía económica suscrita los beneficiarios. Conviene este tipo de seguro si la familia depende de nosotros para que puedan cubrir los gastos que soportábamos. Existen además pólizas que garantizan la continuidad de los estudios de los hijos o para cubrir los pagos hipotecarios de nuestra vivienda. El de Vida Ahorro, es un seguro en el que el tomador es quien se beneficia de las coberturas, está más enfocado a aquellos perfiles que buscan rentabilizar su dinero o que buscan un «extra» económico para la jubilación. Y, por último, el Vida Mixto, es un tipo de seguro de vida que une los dos anteriores y con el que tendremos coberturas en caso de muerte y complementos económicos en vida.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de contratar un seguro de vida:
Y, por último, hay que recordar que para contratar un seguro de vida lo mejor es depositar nuestra confianza en una buena compañía y elegir el tipo de póliza que se ajuste más a nuestras necesidades. No todos necesitamos el mismo producto, por lo que hay que analizar bien las distintas opciones y elegir en base a nuestra situación.
Autora: Celia García.
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