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Ten amigos y vivirás más años

Bien-ESTAR · 19 julio 2023

La conexión entre la amistad y la salud ha sido objeto de investigación durante décadas y la ciencia avala que tener amigos, además de felicidad, aporta múltiples beneficios físicos: es una vacuna para nuestro sistema inmune, nos ayuda a tener una mejor calidad de vida, a esquivar la depresión y a ser más longevos. Uno de los estudios más exhaustivos sobre el tema, realizado por la Universidad de Harvard, afirma que los vínculos personales propician «una buena calidad de vida” y que éstos ayudan mantener el cerebro joven. El Dr. Waldinger, autor de la investigación, comprobó que las personas que llegaron a los 80 años rodeadas de buenos amigos y familia tenían una memoria mucho más fuerte que los que lo hicieron solos. De hecho, estos últimos experimentaron en general, una mayor pérdida de memoria.

El estudio refleja también que los vínculos fuertes son beneficiosos para reducir el estrés, lo que a su vez mejora el sistema inmunitario, la regulación de insulina o el funcionamiento de las arterias coronarias. Es decir, curan el corazón. Mientras tanto, el hecho de no contar con este tipo de lazos puede aumentar en un 50% el riesgo de sufrir depresión o de muerte prematura. Un porcentaje que, según la universidad estadounidense, equivaldría a fumar más de 15 cigarrillos al día, siendo incluso sus efectos perniciosos mayores que los que representa la obesidad o la falta de actividad física. El apoyo social y emocional que proporcionan los amigos ayuda, además, según el estudio, a reducir la incidencia de enfermedades crónicas y puede fomentar hábitos saludables, como hacer ejercicio, lo que contribuye a una vida más larga y satisfactoria.

Apoyo emocional y bienestar mental
Aparte de todos estos beneficios físicos, la amistad aporta otros de tipo psicológico. Los amigos son un apoyo emocional en momentos de alegría y adversidad. Nos escuchan, nos ofrecen perspectivas diferentes y nos sirven de consuelo. Compartir nuestras preocupaciones y alegrías con ellos ayuda a aliviar el estrés, reducir la ansiedad y aumentar la autoestima. Estos lazos afectivos permiten que nos sintamos comprendidos y aceptados, lo que a su vez fortalece nuestra salud mental y nos brinda una sensación de pertenencia.

La amistad también nos desafía y nos impulsa a crecer como individuos. Las personas que nos aprecian nos inspiran a perseguir nuestros sueños, nos motivan a superar obstáculos y nos ofrecen perspectivas diferentes. A través de interacciones sociales significativas, aprendemos a desarrollar habilidades de comunicación, empatía y resolución de conflictos. Estos aspectos son esenciales para nuestra vida cotidiana y nuestras relaciones interpersonales en general.

La amistad puede ser además un poderoso antídoto contra la depresión. Contar con amigos comprensivos y solidarios nos brinda un espacio seguro para desahogarnos de nuestras preocupaciones y angustias. Compartir nuestras cargas emocionales con personas de confianza puede aliviar la tensión y ayudarnos a enfrentar mejor los desafíos de la vida. Además, la amistad genera momentos de diversión y risas, liberando endorfinas y promoviendo un estado de felicidad. Está comprobado también que el contacto con los amigos provoca mayores niveles de oxitocina, la hormona de la felicidad, capaz de mejorar el estado de ánimo.

Hombres y mujeres enfocan la amistad de forma distinta
El psiquiatra Rojas Marcos afirma que en nuestro país vivimos más, “porque hablamos mucho”, así lo mantiene en su libro Somos lo que hablamos. Según el experto las mujeres son más longevas que los hombres porque “ellas pronuncian, de media, 15.000 palabras más al día, y se comunican en temas de emociones y personales con más frecuencia. Una comunicación que desarrollan principalmente a través de su círculo de amigas y ese es otro de los factores que hacen que vivan más”.

En España, la esperanza de vida de las mujeres ha alcanzado los 86,5 años, solo superada por la de las japonesas. Esto se debe, en parte, a que ellas son más propensas a hablar de sus sentimientos y compartirlos con otras mujeres ya sea una enfermedad, una ruptura o cualquier situación negativa. Cuando están entre amigas no suelen ocultar sus emociones y este desahogo es muy beneficioso en términos de bienestar emocional.

Sin embargo, las relaciones de amistad entre los hombres suelen estar más enfocadas a realizar determinadas actividades conjuntas como deportes, juegos, compartir hobbies o el trabajo. La comunicación suele ser más directa y centrada en asuntos concretos. Las mujeres tienden a compartir sus pensamientos, sentimientos y experiencias personales de manera más abierta. La comunicación entre amigas suele ser más profunda, con una mayor disposición para hablar sobre temas emocionales y personales y con un enfoque de apoyo mutuo que resulta más beneficioso que el que establecen entre los hombres, habitualmente más superficial.

Independientemente de estas particularidades, es indudable que cultivar y mantener relaciones de amistad de calidad es una inversión valiosa para nuestro bienestar físico y mental a lo largo de toda la vida.

 

 

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