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Radiografía del emprendimiento femenino en España

Innovación · 17 noviembre 2021

Las mujeres consideran en menor medida la opción de emprender y cuando lo hacen se decantan mayoritariamente por sectores de servicios y poco en tecnológicos, tan solo del 14% de las startups en nuestro país están creadas por mujeres. En el sector legal, solo uno de cada cinco socios de los bufetes españoles son mujeres.

El consejo de las Naciones Unidas fijó el 19 de noviembre como el del Día Internacional de la Mujer Emprendedora. El organismo instauró esta fecha para reconocer el esfuerzo y el valor de las mujeres empresarias y sensibilizar a la sociedad sobre los obstáculos y las dificultades que existen para aquellas mujeres que quieren emprender.

Si las mujeres tienen el acceso a determinadas actividades más complicado que los hombres, el emprendimiento no es una excepción. La pandemia además ha supuesto un duro golpe a la creación de empresas en nuestro país. La tasa de actividad emprendedora (TEA) ha caído casi un punto, desde el 6,1 hasta el 5,2%, según el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2020-2021 que elabora el Observatorio del Emprendimiento de España y Enisa (Empresa Nacional de Innovación).

 

Menos oportunidades

La crisis de la Covid-19 ha hecho que el emprendimiento femenino haya frenado su tendencia ascendente en los últimos 12 meses. El informe revela que si en 2019, el 48% de las iniciativas emprendedoras en España estaban lideradas por mujeres, a día de hoy no superan el 40%. Según el GEM, las mujeres emprendedoras se mantienen en niveles inferiores a los emprendedores masculinos en casi todas las variables analizadas. Mantienen un perfil más conservador que los hombres y perciben menos oportunidades que ellos. En lo único que superan a sus colegas masculinos es que en la franja de edad entre 35-44 años en la que ellas emprenden en mayor medida, pero, por el contrario, lo hacen menos en el tramo entre 55-64 años. Por último, sigue habiendo menos mujeres emprendedoras en contacto con otros emprendedores (46,2%) que hombres (53,3%), porcentaje que se reduce significativamente respecto al año anterior (59,9% de mujeres y 60,6% de hombres).

 

Un dato preocupante es que tasa de abandono en el emprendimiento femenino es mayor que en los hombres

Un freno para las mujeres a la hora de emprender es el miedo al fracaso, el 54% así lo reconoce. Un porcentaje quince puntos superiores al del año anterior (38,4%) y cinco puntos superior al de los hombres emprendedores (48,3%). El aumento de la incertidumbre de 2020 explica este cambio de percepción. En consecuencia, las mujeres consideran en menor medida la opción de emprender, y una vez que lo han hecho, la consolidación de sus empresas es menor respecto a sus homólogos hombres. Otro dato preocupante es que tasa de abandono es mayor en el emprendimiento femenino que en el de los hombres.

 

Conocimientos y habilidades para emprender

Para las iniciativas TEA, la motivación de crear riqueza o una renta muy alta es menos acentuada en las mujeres que en los hombres (27,6% frente a un 41%), aunque el 81,9% de las mujeres emprendedoras considera que tiene suficientes conocimientos y habilidades para emprender. En cuanto al reconocimiento social, solo el 49,7% de las mujeres emprendedoras considera que en su entorno se valora el emprendimiento como opción profesional, y poco más de la mitad (54,2%) piensa que existe un reconocimiento social a emprender con éxito. Por último, durante el año 2020 las mujeres (emprendedoras y no emprendedoras) perciben menos repercusión del valor del emprendimiento en los medios de comunicación respecto al año anterior y en comparación con los hombres.

Los negocios puestos en marcha por mujeres se ubican de manera mayoritaria en el sector de servicios de consumo (53,4%) frente al 26,2% que se orienta a servicios para empresas, un 15,5% a la industria y un 4.9% al sector extractivo. Por su parte, las iniciativas masculinas presentan un porcentaje relativo mayor que las generadas por mujeres en los servicios a empresas (34,8%), y menor en los servicios al consumidor (40,7%).

 

Iniciativas tecnológicas

Si consideramos las iniciativas según su pertenencia a sectores de alta y media tecnología, se comprueba que las empresas tecnológicas de mujeres representan en torno al 50% de las iniciativas de hombres. Esto pone de manifiesto la menor presencia de mujeres, en gran parte, también debido a su mayor representación en los sectores de servicios de consumo menos intensivos en tecnologías.
Pese a lo anterior, es decir, a estar menos presentes en sectores de media y alta tecnología, las empresas creadas por mujeres muestran una orientación a la innovación en tecnologías o producción muy similar a las de hombres, en cualquiera de las etapas del proceso emprendedor. Esto puede indicar que la fuente de innovación de estas iniciativas también reside en el uso de tecnologías para hacer que la prestación de los servicios o la oferta brindada estén diferenciados y supongan una novedad para los clientes.

En cuanto al tamaño, la mayoría de las empresas de emprendimiento femenino son microempresas (tienen menos de cinco trabajadores), siendo el 56,2%, es decir, más de la mitad, las que no tienen empleados. Las iniciativas lideradas por mujeres no solo tienen menor tamaño, también han generado menos empleo en los últimos 12 meses y tienen menos expectativas de crearlo en los próximos cinco años.

En España hay 9 mujeres emprendedoras por cada 10 hombres, mientras que la media en Europa es de 6 mujeres por cada 10

Como vemos, el perfil emprendedor sigue siendo predominantemente masculino en España, pero no todo son malas noticias. Nuestro país se encuentra por encima de la media europea. España lidera desde hace unos años la paridad en el entorno emprendedor europeo, con 9 mujeres emprendedoras por cada 10 hombres; mientras que la media europea es de 6 mujeres por cada 10 hombres.

A pesar de que estos datos invitan al optimismo, las mujeres son solo las creadoras del 14% de las startups en nuestro país. Esto puede tener muchos motivos de origen, pero sin duda uno de los principales es que en las carreras como ingenierías menos del 30% de estudiantes son mujeres, a pesar de que ellas cursan más estudios universitarios.

Estos obstáculos, que se remontan al papel impuesto por la sociedad a la mujer desde hace siglos, se expresan en la brecha de género. En este contexto, según el Índice Global de la Brecha de Género, en el año 2020 España llegaba al 79,5%, posicionándose así entre los 10 primeros del ranking de países analizados. Este tipo de datos muestra que, aunque se ha avanzado mucho en los derechos laborales de la mujer, aún queda un largo camino por recorrer.

 

El techo de cristal en el sector legal

Según cifras de Women in a Legal World (WLW), asociación creada para dar visibilidad e impusar la carrera de las mujeres en el ámbito jurídico, 91 de las 96 principales firmas españolas están dirigidas por hombres. Tal como Marlen Estévez, presidenta de WLW, afirma en una entrevista publicada en #TuDefinesTuFuturo, de Mutualidad de la Abogacía, “el techo de cristal, para muchos de acero, es innegable, y estará ahí mientras se conjuguen una serie de factores. La educación es clave, también se requiere de un cambio cultural y de un cambio en nosotras mismas, es decir, si se quiere promocionar, hay que dar un paso hacia delante”.

Solo uno de cada cinco socios de los bufetes españoles son mujeres

Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, “afortunadamente –continúa Marlen–, a día de hoy hemos roto prácticamente la barrera de “la primera mujer presidenta”, “la primera mujer decana”… Ya ha habido muchas ‘primeras veces’ y ahora queda que lleguen muchas segundas y terceras, la cuestión es que no podemos perder talento de ningún género como sociedad y como empresarios, si no perdemos todos”.

 

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