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Todos hemos picado en alguna ocasión, y hemos dado por verdadera una fake news o noticia falsa que hemos visto en redes sociales o nos han compartido a través de whatsapp. Los bulos y noticias falsas están a la orden del día y, aunque existen de toda la vida, ahora han encontrado un potente aliado en internet que hace que se propaguen exponencialmente. Los usuarios de las redes y los social bots, falsos usuarios que simulan ser humanos y envían fake news masivamente, son los encargados de difundirlas, comentando, compartiendo o retuiteando su contenido.
El 60% de las personas reconoce que las redes sociales son el principal canal de difusión de noticias falsas, tal y como revela un reciente sondeo realizado por GAD3 para el Foro Periodismo 2030. A pesar de ello, el 43% de los entrevistados reconoce que las utiliza habitualmente y son su principal fuente para informarse. Los perfiles por grupos de edad más proclives a compartir fake news son, por un lado, los mayores de 65 años, que por su experiencia vital no aceptan que una noticia pueda ser falsa y, por otro, los menores de 25, usuarios mayoritarios de las redes sociales y que son los que viralizan más estos contenidos.
Existen distintos tipos de fake news:
Desinformación deliberada: noticias inventadas y distribuidas con intereses concretos. Normalmente se dirigen a grupos susceptibles a creerse este tipo de información que suelen compartirla sin verificarla.
Titulares falsos o clicbait: Los utilizan, sobre todo, medios poco serios que quieren llamar la atención sobre el contenido para llevar al lector a hacer clic en un enlace. A menudo, al leer el artículo, se descubre que el titular es deliberadamente engañoso y que no se corresponde con el contenido de la noticia.
Sátira: las noticias satíricas hablan sobre las polémicas actuales y se mezclan con eventos inventados y a menudo absurdos. Existe el peligro de que no se reconozca su componente humorístico y se confundan con la realidad.
Fotos y videos deepfake: Las imágenes creadas a través de Inteligencia Artificial (IA), ha venido a confundir aún más los límites entre realidad y ficción. Imágenes manipuladas que muestran a personajes famosos en situaciones que no son reales, pero que lo parecen. La IA también se emplea para crear videos “deepfake” que imitan de forma muy precisa la apariencia y la voz de las personas.
Cómo evitar caer en la trampa
La propagación de noticias falsas con el objetivo de manipular la opinión pública, confundir o simplemente de entretener, es un asunto que preocupa cada vez más en todo el mundo. Para que no caer y que nos den gato por liebre los expertos recomiendan seguir las siguientes pautas:
Desconfiar de titulares llamativos o alarmistas. Los titulares de las fake news suelen ser un reclamo, utilizan mayúsculas o signos de exclamación, para generar una sensación de sorpresa, urgencia y conseguir visitas. Si vemos un titular de este tipo, mejor leer bien la noticia para verificar que realmente responde a la información que aparece en el titular.
Cuidado con lo que compartimos. A veces vemos una información que nos impacta tanto que queremos compartirla rápidamente con familia, amigos o compañeros de trabajo, antes de hacerlo es mejor tomarse un tiempo y reflexionar sobre su veracidad. Si es una cadena de whatsapp sin autoría o sin enlace hay que desconfiar y no compartirla. Si alguien nos la mandó y tenemos dudas, preguntar a esa persona de quien recibió la noticia, si es fiable y si logró verificar la información.
Comprobar qué más medios han subido la misma noticia. Si es una noticia verdadera, otros medios fiables se habrán hecho eco de ella. Las agencias profesionales globales de noticias tienen normas editoriales y recursos extensos para verificar los hechos.
Averiguar la fuente. Si la noticia carece de firma hay que sospechar, las fake news generalmente tienden a ser anónimas y no incluyen el nombre del autor. Las noticias falsas si citan fuente suelen ser de medios desconocidos.
Comprobar el autor. Si el texto está firmado, comprobar quien es el autor y ver si tiene credibilidad, si existe un medio detrás fiable que le respalde, si la información que publica es de su área específica y cuál podría ser su motivación para difundir esa información.
Mala redacción. El texto de las fake news suele incorporar errores gramaticales y ortográficos y estar pésimamente redactado.
Comprobar si es una broma. Los sitios web de sátira son populares y, a veces, no está claro si una historia es solo una broma o una parodia. Revisar el sitio web para ver si es conocido por su sátira o por crear historias graciosas.
Sesgo ideológico. Prestar atención a si el sitio publica con sesgo ideológico y si las palabras empleadas y la forma en que se presenta la información no es objetiva o contiene opiniones.
Buscar el titular en Google. Si la noticia es verdadera, es probable que otros medios fiables la hayan reproducido; si es falsa, puede que algunos sitios de verificación de datos hayan averiguado que es un rumor falso.
Verificar la fecha de publicación. Es otro punto a tener en cuenta. La actualidad prima y las noticias online reflejan pormenorizadamente la fecha e incluso la hora.
Fijarse en los detalles en imágenes y vídeos. Las noticias falsas se ilustran con imágenes sacadas de contexto o con retoques excesivos, con defectos. Si hay dudas sobre una imagen recibida buscar la imagen en Google, si se trata de una imagen antigua o manipulada mostrará una lista de diferentes sitios que usaron esta misma imagen.
Mirar los enlaces. Las fake news tratan de simular las URLs de los medios habituales para ser más “creíbles” pero revisando los pequeños detalles de sus enlaces, que además suelen dar error, se encuentran fallos y diferencias.
Verificar en webs de fact checking. Si tenemos dudas podemos verificar la información en alguna de las páginas de fact checking que existen como Malditobulo, Fact Check Explorer, Maldita o Newtral.
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