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Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las familias en España consiguieron ahorrar el año pasado un 11,4% de su renta bruta disponible. Este año se espera que la capacidad de ahorro de los españoles se reduzca prácticamente a la mitad debido al impacto de la inflación en nuestros bolsillos. Funcas prevé que la tasa de ahorro baje hasta el 6,9%, un descenso que sitúa el ahorro en España cerca de los mínimos que se registraron entre 2012 y 2018, años en los que el crecimiento económico unido a la abundancia de liquidez y a los bajos tipos de interés activaron el consumo en detrimento del ahorro.
A pesar del entorno inflacionista existen diversas fórmulas de ahorro doméstico que ponen de relieve qué no importa tanto la cantidad que ahorremos sino el sistema que empleemos y sobre todo el tiempo. Porque no ahorra el que más tiene, sino el que es capaz de reservar sistemáticamente parte de sus ingresos a lo largo de más tiempo. No es la cantidad, sino la capacidad de persistir lo que marca la diferencia.
En el tiempo y en la persistencia se basa el Método Greene. Una fórmula creada por la economista y financiera Kimmie Greene que propone ahorrar tomando en cuenta dos variables: los años y el sueldo anual del trabajador. Una fórmula que nos reta a ir cumpliendo una serie de metas en función de nuestra edad: cuando lleguemos a determinados momentos debemos tener ahorrada cierta cantidad de nuestro salario anual. Es un método ideal para conseguir un buen capital al retirarnos y, según su ideóloga, si se sigue con persistencia se puede llegar a la jubilación con un resguardo equivalente a ocho sueldos brutos anuales.
Entre los beneficios de esta fórmula podemos destacar que es un sistema que nos invita a ahorrar desde jóvenes y de forma progresiva. Además, nos hace reflexionar sobre el uso que le damos a nuestro dinero, en qué lo gastamos y cuáles son nuestras metas para ser un poco más realistas sobre nuestras prioridades.
Los expertos en planificación financiera coinciden con el Método Greene en que “cuanto antes empecemos a ahorrar, mejor”. Este método tiene en cuenta que la capacidad de ahorro está muy ligada a la edad. No ahorramos igual a los 30 que a los 50 o los 65. Además, nuestros ingresos pueden disminuir en alguna etapa de la vida, por una pérdida de empleo, una reducción de jornada para el cuidado de los hijos o un gran desembolso como la compra de una vivienda. Hay periodos en la vida en que nuestros ingresos pueden ser menores de lo esperado y en otros podremos ganar más o encontrarnos con ingresos extra. También según pasan los años nuestras necesidades cambian y también nuestros gastos y el dinero que destinamos para cubrirlas.
Un método flexible
El modelo Greene se adapta a las circunstancias vitales. No es rígido es flexible porque no da cantidades exactas, sino proporciones del salario bruto anual que, en lugar de dedicarse al consumo, ocio, alquiler o facturas, deben destinarse al ahorro. La base necesaria para implementar esta fórmula es empezar a ahorrar a los 20 años una quinta parte del salario anual (un 20%) y, de esta manera, llegar a los 30 años con el 100% del sueldo anual bruto ahorrado.
A partir de ahí, se trata de ir ahorrando un salario anual cada cinco años, elevando la capacidad de ahorro de forma que a los 35 años se disponga del doble de nuestro salario anual, a los 40 años el triple, a los 45 años el cuádruple, y así, sucesivamente, hasta cumplir los 65 años, edad de jubilación. De esta forma, según este teorema, un trabajador puede llegar a retirarse con un ahorro disponible equivalente a ocho veces el salario anual bruto.
Ahorro por tramo de edad según el método Greene:
· Con 20 años: 20% del salario anual.
· Con 30 años: 100% del salario anual.
· Con 35 años: el doble del salario anual.
· Con 40 años: el triple del salario anual.
· Con 45 años: el cuádruple del salario anual.
· Con 50 años: el quíntuple de salario anual.
· Con 55 años: el séxtuple de su salario anual
· Con 60 años: el séptuple de su actual salario anual.
· Con 65 años: Se llega a la jubilación con ocho veces de sueldo anual.
Ahorrar es un hábito fundamental para una buena administración financiera tanto personal como familiar. Si ahorramos estaremos preparados ante imprevistos que puedan surgir, podremos saldar deudas, cumplir metas y asegurarnos un retiro tranquilo. El Método Greene no es el único, existen fórmulas de ahorro al alcance de cualquier bolsillo y distintos sistemas para ahorrar, se trata de elegir el que mejor se ajuste a la economía familiar.
La cantidad que ahorremos dependerá de nuestra situación particular, de los ingresos, los gastos y el estilo de vida de cada uno de nosotros. Pero, independientemente de nuestras circunstancias particulares si tenemos constancia y seguimos los pasos podremos lograr el objetivo.
Y siempre esos ahorros deben estar bien invertidos en productos financieros como los seguros de ahorro personal de Avanza Previsión que no solo nos permitirán ahorrar sino además obtener la mejor rentabilidad garantizada.
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