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Hasta hace un par de décadas, era algo insólito encontrarse a padres acompañando a sus hijos al colegio, al médico o asistiendo a las reuniones escolares. Tampoco estaban muy acostumbrados a cambiar pañales o a preparar biberones. Todo eso afortunadamente está cambiando y hoy en día, cada vez son más los padres que viven estas situaciones con total normalidad.
Las nuevas generaciones ponen en cuestión el estereotipo de hombre tradicional para ejercer una paternidad más efectiva en todos los aspectos. “Esta implicación de la figura del padre en la crianza y la educación es muy positiva para el desarrollo de los hijos, a nivel afectivo, emocional y psicológico. Los niños del siglo XXI, que tienen la suerte de contar con referentes de igualdad y corresponsabilidad, trasladarán este esquema a sus propios hijos en el futuro”, explica Estefanía Alcaraz, psicóloga Infantil. La crianza corresponsable, además de a los hijos, favorece a la pareja “al eliminar el estrés que supone para las madres tener que compatibilizar la crianza de sus hijos con el trabajo, la casa y con la vida personal. La crianza compartida ayuda a que las relaciones familiares se vean favorecidas a todos los niveles”, asegura Alcaraz.
Las parejas que comparten la crianza se sienten más felices, seguras, realizadas y gozan de una mayor salud física y mental
Un cambio en la conciencia de los varones que, aunque no está completamente asentado, empieza a calar. Según The Parenting Index ─encuesta que analiza cómo perciben los padres y madres de 16 países, entre ellos España, la crianza de sus hijos─ revela que, a pesar de que son las madres quienes llevan todavía la mayor parte del peso de la crianza, un 83 % de las mujeres considera que su pareja está muy comprometida con el cuidado de los hijos pequeños. Del total de madres y padres encuestados, el 64 % dice que la responsabilidad de los niños se reparte equitativamente entre ambos. Un dato que sitúa a España a la cabeza en corresponsabilidad a nivel mundial después de Suecia. El estudio revela además que las parejas que comparten la crianza se sienten más felices, seguras, realizadas y gozan de una mayor salud física y mental.
La extensión del permiso de paternidad, ahora llamado “permiso por nacimiento y cuidado del menor” también han supuesto un avance para una mayor implicación de los padres en los cuidados del recién nacido. Se aprobó en 2019 y estableció un calendario progresivo hasta equipararse a las 16 semanas de las que disfrutan las madres y que establece la ley actualmente. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, 69 padres por cada 100 hijos nacidos en España se tomaron un permiso laboral remunerado para dedicarlo a su bebé en 2021.
¿Cómo son los nuevos padres?
Padres implicados en la crianza de sus hijos, que están atentos a sus necesidades y que, como las madres, se esfuerzan en educarlos de la mejor manera posible. Una nueva forma de relacionarse con los hijos que incluye mayor intimidad emocional, más presencia, el ejercicio racional de la autoridad y establecer relaciones familiares más placenteras basadas en el afecto y el respeto.
Un nuevo modelo de paternidad basado en:
Implicación y corresponsabilidad. Tanto del padre como de la madre en la educación y la crianza de los hijos, aunque no siempre se practique al 100%. Padres que pasan más tiempo con sus hijos y los acompañan en los momentos importantes de sus vidas, que los llevan al médico, asisten a las reuniones del colegio, conocen a sus amigos y a sus profesores, pasan la tarde en el parque y juegan con ellos. Padres que se preocupan por su educación, se informan y se implican para hacerlo lo mejor posible.
Sensibilidad y comunicación. Los padres del siglo XXI muestran sus sentimientos y se comunican abiertamente con sus hijos, sin tabúes ni complejos. Entienden que la firmeza nada tiene que ver con el autoritarismo. Educan a través del respeto y la confianza, no del miedo. Los niños que se sienten amados y aceptados por sus padres son más capaces de compartir sus sentimientos, pensamientos y preocupaciones con ellos.
La sociedad tampoco se lo pone fácil a los padres
Las madres se encuentran con dificultades para conciliar vida familiar y laboral pero lo cierto es que los padres también se enfrentan a numerosos retos a la hora de ejercer una paternidad consciente. Aunque resulte triste, la sociedad tampoco se lo pone fácil a ellos y los estereotipos de género también les afectan. Está bastante peor visto que un padre falte al trabajo para quedarse en casa con su hijo enfermo o llegue más tarde para llevarle al médico, que si lo hace su madre. Las empresas tampoco están acostumbradas y son reticentes a aceptar que los padres se pidan reducciones de jornada para criar a sus hijos cuando son pequeños, aunque cada vez son más los que las solicitan.
La mayoría de los padres de hoy en día tampoco han tenido en su infancia referentes de igualdad y corresponsabilidad y nadie les ha ‘preparado’ para ejercer una paternidad consciente y presente. Por eso tienen más mérito los hombres que han conseguido superar los esquemas con los que han crecido y ejercer como padres de una forma más consciente y beneficiosa para sus hijos.
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