El hogar es el lugar donde se produce un mayor número de accidentes como caídas, quemaduras e intoxicaciones que pueden causar lesiones importantes. La prevención e implementar medidas de seguridad domesticas, son la mejor manera de que la familia esté bien protegida.
La propia vivienda es uno de los lugares donde nos sentimos más seguros, pero esta es una percepción falsa ya que, según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), el 80% de los accidentes se producen dentro del hogar. En España a lo largo del año, se sufren más accidentes domésticos que de circulación. Concretamente uno cada 24 segundos, según datos de la asociación de consumidores FACUA. Caídas y golpes, atragantamientos, intoxicaciones, descargas eléctricas, cortes y quemaduras, son los percances domésticos más frecuentes.
Sin embargo, la mayoría de los españoles no son conscientes de estos peligros según muestra un reciente sondeo realizado por la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU). Ocho de cada diez ciudadanos encuestados descartan el hogar como zona de riesgo, e identifican, por el contrario, las obras en la calle, los pavimentos en centros comerciales y los parques infantiles como los ámbitos más peligrosos y dados a incidentes.
La cocina y el baño son los lugares más peligrosos
De las estancias de la casa la cocina es el lugar que se lleva la palma en cuanto a accidentes domésticos se refiere. Le sigue muy de cerca el cuarto de baño y, a mayor distancia, los dormitorios, el salón y el jardín (por ese orden). Los horarios de más riesgo se ubican entre las 9 de la mañana y las 12 del mediodía, y de las 5 de la tarde a las 8 de la noche.
Por colectivos, son los menores de cinco años y los mayores de 65 los más propensos a sufrir un accidente doméstico, junto con las mujeres mayores de 45 años que debido a su actividad como amas de casa pasan más tiempo en el hogar. Los principales accidentes en la vivienda suelen ocurrir por descuidos que, poniendo un mínimo de atención, podrían evitarse. Por eso es mejor prevenir que curar e identificar los riesgos latentes en el hogar. Los fuegos, el horno, la electricidad y el agua, la tenencia de productos de limpieza o los alimentos en mal estado son alguno de los peligros que podemos encontrar en casa.
Los accidentes más habituales que se producen en el hogar:
1. Caídas y golpes. Los suelos poco limpios, con grasa, aceites o agua; la utilización de objetos inadecuados para alcanzar objetos; baños resbaladizos y mal equipados; obstáculos tirados en lugares de paso, como por ejemplo juguetes; además de escaleras escasamente iluminadas o alfombras mal colocadas, pueden provocar caídas y golpes con consecuencias como hematomas, luxaciones o fracturas.
Cómo evitarlo: mantener el suelo limpio y sin productos que puedan hacernos resbalar, colocar bien las alfombras para no tropezar con ellas, no usar sillas como escaleras y colocar alfombrillas antideslizantes en el cuarto de baño. La precaución de poner rejas en ventanas y terrazas minimizará los riesgos de precipitaciones, una medida de especial importancia si se vive con niños en edificios altos. Los armarios y cajones deben mantenerse cerrados y no dejarlos abiertos después de sacar un producto ya algún miembro de la familia puede golpearse con la puerta.
2. Quemaduras e incendios. El aceite hirviendo que salta de la sartén, meter las manos en el horno o coger objetos a altas temperaturas sin guantes, tocar una estufa encendida… Todos estos hábitos tan cotidianos suelen ser el motivo de múltiples quemaduras e incluso pueden provocar incendios.
Cómo evitarlo: freír o cocer los alimentos con tapadera, utilizar guantes para coger los utensilios calientes, no dejar que el mango de las sartenes sobresalga del mueble de cocina, no sobrecargar los enchufes eléctricos ni usar enchufes de tipo ladrón para electrodomésticos de gran potencia. Así como no fumar cerca de cortinas u otros tejidos. Y prestar especial atención a los niños que suelen tocarlo todo.
3. Electrocución. Los accidentes con electricidad también son muy comunes. Los enchufes y cables, o el contacto de estos con el agua son peligros latentes. Enchufar o manejar aparatos eléctricos con las manos mojadas o cerca de zonas en las que ha caído el agua puede ser muy peligroso.
Cómo evitarlo: manipular con cuidado los aparatos eléctricos y revisar que los cables y enchufes estén en buen estado, cortar el flujo eléctrico durante reparaciones o tapar enchufes para que los niños no accedan a ellos.
4. Atragantamiento. Ciertos alimentos como frutos secos, aceitunas, huesos de frutas, calamares, jamón, caramelos y chicles pueden provocar atragantamientos. Los niños son los más propensos y pueden sufrir además ahogamientos en la piscina o la bañera.
Como evitarlo: procurar comer despacio masticando bien los alimentos y no dejar que los niños jueguen con objetos pequeños que se puedan tragar o meter por la nariz; en este caso conviene ser precavidos y estar familiarizados con la maniobra de Heimlich. También hay que vigilar a los más pequeños cuando estén cerca de una piscina o se estén bañando, ya que, ante el más mínimo descuido, las consecuencias pueden ser fatales.
5. Intoxicación. Existen diferentes causas por las que se puede sufrir una intoxicación o envenenamiento en casa, tales como la ingesta de medicamentos sin control médico, inhalación de productos de limpieza, tomar alimentos en mal estado, etc.
Como evitarlo: hay que tener un control adecuado de la conservación de los alimentos y ser escrupulosos en la cadena de frío. Los productos más peligrosos deben guardarse en un lugar seguro perfectamente etiquetados y en su envase original. Los medicamentos, los productos de limpieza o insecticidas deben colocarse en zonas a las que no puedan acceder los más pequeños del hogar. El humo de las estufas de gas o el calentador tiene sus riesgos. Es preciso estar atentos a las emanaciones que puedan producirse en la vivienda.
6. Cortes y heridas. Son de los accidentes domésticos más frecuentes. Conviene extremar las precauciones en el manejo de cuchillos, tenedores, tijeras y otros objetos punzantes.
Como evitarlo: los objetos cortantes como cuchillos, navajas y vidrios deben mantenerse a buen recaudo y manipularse con cuidado. No hay que utilizarlos para realizar otros trabajos que no sean los específicos de la cocina. Y tener mucho cuidado que los niños no tengan acceso a estos objetos. También hay que evitar andar descalzos, ya que, si se cae un vaso al suelo corremos el riesgo de clavarnos los cristales.
A pesar de tomar todas las precauciones, no se pueden evitar al 100% los accidentes más comunes en el hogar; por lo que siempre conviene tener un botiquín que nos ayude a salir de una emergencia médica, más aún si en casa viven niños. Y también estar protegidos con un seguro de hogar para hacer frente a las situaciones que puedan llegar a ocurrir.
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