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¿Cómo preparar la entrevista con tu banco y conseguir las mejores condiciones financieras?

Ahorro y Finanzas · 22 mayo 2024

El principal motivo que empuja a una financiera a concederte un préstamo es tener la seguridad de que se lo vas a devolver. La entidad proporciona una suma de dinero (que puede ser considerable) y necesita asegurarse de que el capital le será reembolsado según lo acordado. Por esta razón, los bancos y otras instituciones crediticias buscan clientes que puedan ofrecer garantías de que el proceso se desarrollará sin problemas. Por tanto, cuanta mayor seguridad ofrezcas como prestatario, mayores serán las probabilidades de que la entidad acepte financiarte y, además, te ofrecerá unas condiciones más favorables.

 

Solvencia, estabilidad laboral o bajo endeudamiento son algunos de los puntos de los que debes presumir en una negociación para conseguir financiación, pero además tendrás que demostrarlo. La preparación adecuada de la entrevista con la entidad financiera es fundamental para asegurarte el éxito en la obtención de préstamos personales, hipotecas o créditos.

Sigue estos consejos para presentar tu caso de manera clara y fundamentada, y estarás en una posición sólida para alcanzar tus objetivos financieros con la ayuda de tu entidad financiera:

1. Compara distintas opciones financieras. Antes de solicitar cualquier tipo de préstamo, es esencial que comprendas las diferentes opciones disponibles. Investiga sobre las tasas de interés vigentes, los plazos de pago, los requisitos de elegibilidad y cualquier otro aspecto relevante para el tipo de préstamo que necesitas. Esto te permitirá estar mejor preparado (a) durante la entrevista y te ayudará a negociar en igualdad de condiciones.

2. Evalúa tu situación financiera personal. Antes de acudir a la entrevista, realiza una evaluación honesta de tu situación financiera personal. Analiza tu solvencia, estabilidad laboral y nivel de endeudamiento. Si tienes deudas pendientes, procura reducirlas antes de solicitar un nuevo préstamo, ya que esto demostrará responsabilidad financiera y aumentará tus posibilidades de obtener mejores condiciones.

3. Prepara la documentación necesaria. Asegúrate de recopilar y organizar toda la documentación antes de la entrevista. Esto puede incluir comprobantes de ingresos, estados de cuenta bancarios, declaración de la renta, información sobre tus activos y pasivos, entre otros documentos que puedan respaldar tu capacidad para cumplir con los términos del préstamo. Ten la documentación preparada para agilizar el proceso.

4. Presenta tu caso de forma clara y concisa. Durante la entrevista, es fundamental comunicar por qué necesitas el préstamo y cómo planeas utilizar los fondos. Destaca tus fortalezas financieras, como un historial crediticio sólido, ingresos estables y un plan de pago realista. Evita proporcionar información irrelevante o exagerada, ya que esto puede afectar negativamente a tu credibilidad.

5. Sé flexible a la hora de negociar. Mantén una actitud abierta durante la negociación. Escucha atentamente las condiciones ofrecidas por la entidad financiera y no dudes en plantear tus inquietudes o solicitar aclaraciones. Siempre existe margen para negociar términos más favorables, especialmente si puedes demostrar tu solvencia y estabilidad financiera.

6. Considera alternativas y no te precipites. Antes de comprometerte con una oferta específica, tómate el tiempo necesario para comparar diferentes opciones y considerar alternativas. No te límites a una sola opción; explora otras posibilidades para asegurarte de obtener las mejores condiciones disponibles en el mercado. Una de las preguntas que debes hacer a la entidad es cuánto dinero en total te va a poder prestar para saber si es suficiente y en cuánto tiempo se puede devolver el préstamo. Un plazo muy corto hará que las cuotas sean muy elevadas y un plazo muy largo hará que haya que pagar muchos intereses.

7. ¿Tienes otras deudas pendientes? Si tienes deudas pendientes lo tienes más difícil para que te concedan un nuevo préstamo. Si es de una cantidad que puedas asumir con tus ingresos, no tienen por qué denegártelo. Disponer de distintos préstamos, hace que el pago de los intereses sea más alto. Puedes, en este caso, optar por la unificación de todos ellos en uno solo por la cuantía resultante de la suma de todas las deudas pendientes. La entidad financiera calculará un nuevo interés y una nueva duración ajustada a tus necesidades, aunque tendrás que hacer frente a las comisiones por cancelación de los préstamos existentes.

 

Además, antes de demandar financiación, es importante que tengas en cuenta:

  • Infórmate bien de todas las condiciones de la financiación y lee la letra pequeña. Además de devolver la cantidad del propio préstamo y sus intereses, tienes que tener en cuenta las comisiones a aplicar y los cargos referidos a las gestiones.
  • Fíjate en el TIN y el TAE anuales; el primero, el Tipo de Interés Nominal, es el porcentaje fijo que se pacta con un banco como concepto de pago a cambio de un dinero prestado. Es el tanto por ciento que el banco “gana” por ceder un dinero concreto. El segundo es la Tasa Anual Equivalente, un concepto que expresa el interés que un depósito va generando por un crédito. Su cálculo contempla otros conceptos cercanos como los gastos y comisiones del producto bancario concreto y el plazo para devolver el préstamo o crédito y las comisiones. Cuanto más baja sea la TAE, menos pagarás por la financiación.
  • Valora la contratación de un seguro de protección de pagos, que es una garantía por si no puedes afrontar alguna letra.
  • Calcula cuánto dinero vas a tener que devolver al banco: suma todos los pagos que tienes que hacer mientras dure el crédito o préstamo.
  • Desconfía de las ofertas de créditos rápidos. Pueden resultar muy atractivas, pero es necesario conocer algunas de las características de estos servicios y revisar con atención las condiciones, sobre todo cuando las ofrecen empresas no bancarias que no están sujetas al control del Banco de España.
  • Y por último recuerda que el Banco de España recomienda que las deudas de una familia no superen el 33% de los ingresos que se obtienen.

 

 

 

 

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