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Cómo desconectar en vacaciones para estar a tope a la vuelta del verano

Bien-ESTAR · 24 julio 2024

Por fin estás de vacaciones, así que, abandona el modo multitarea, respira profundamente y, sobre todo, ¡relájate! Tu única misión es descansar y disfrutar. Para ello, lo primero que tienes que hacer es poner los cinco sentidos al servicio de tus necesidades. Escúchate y concédete el placer de saber qué te hace sentir bien, puede ser compartir tiempo con la familia y amigos, hacer deporte, disfrutar de la naturaleza, descubrir nuevos lugares y experiencias, o simplemente darte al “dolce far niente”. Busca lo que te hace más feliz y concédete permiso para disfrutarlo.

Desconectar realmente en vacaciones requiere de un pequeño esfuerzo, tienes que apagar el piloto automático, relajar la mente y centrarte en el aquí y ahora. Aquí van algunos consejos que te pueden ayudar a pasar unas felices y relajadas vacaciones y regresar con las pilas cargadas:

 

Antes de tomar vacaciones:
Cierra los asuntos pendientes en el trabajo. Resuelve los temas laborales que te puedan agobiar antes de irte y, si no te da tiempo o no es posible, deja a una persona encargada de ello. Realizar un listado de todas las tareas pendientes con una explicación detallada del punto en el que se quedan ayuda a liberar la mente.

Planifica tus vacaciones. Piensa en las actividades que te gustaría realizar durante tu estancia vacacional, teniendo en cuenta lo que necesitas y el tiempo del que dispones. Esboza algunos planes: viajes, deporte, actividades al aire libre, quedadas con amigos….  Pero recuerda que no es necesario estructurar cada día con precisión ni programar todo tu tiempo libre al minuto, ya que esto puede llevar a no cumplir las expectativas y no disfrutar finalmente.

 

Ya de vacaciones:
Deja unos días de margen antes de salir de viaje. Es importante dejar espacios de adaptación y no salir de la oficina directos a coger el coche o un avión. Al tener unos días de margen antes de salir de viaje, puedes gestionar los preparativos con mayor tranquilidad. Esto incluye poder hacer el equipaje con calma, asegurarte de no olvidar nada importante, organizar documentos y resolver cualquier imprevisto de último minuto. También es recomendable reservar a la vuelta un par de días de aclimatación antes de retomar el trabajo.

Practica la desconexión laboral. En verano dales también un descanso a tus dispositivos electrónicos. Si ya has activado el “estaré fuera de la oficina”, desconecta tus aplicaciones y dispositivos de trabajo. Los temas laborales deben quedar en pausa durante el periodo vacacional. Es recomendable apagar el teléfono corporativo y desactivar las notificaciones para reconectar con uno mismo/a, con el entorno y con quienes están a nuestro alrededor. Conviene recordar que trabajar y rendir al máximo no implica dejar de disfrutar de momentos de relax en vacaciones.

Sé más analógico/a. Durante las vacaciones seguimos abusando de redes y aplicaciones en lugar de entregarnos a otras actividades. Prueba a descansar un poco de lo digital para disfrutar de otra manera. Descansa tu vista y tu cerebro de la constante exposición a las pantallas, no solo cuidarás de tu salud visual y mental, sino que también permitirás que tu mente se relaje y se recargue de manera más efectiva. Las actividades analógicas fomentan la creatividad, la concentración y una conexión más profunda con el presente y con quienes te rodean.

No te impongas horarios. Se acabó ir de un lado a otro con la lengua fuera. Ha llegado el momento de cambiar el ritmo y hacer las cosas de forma pausada y tranquila. Las vacaciones son siempre ese momento para bajar el ritmo, recargar pilas y dejar atrás los agobios. Sin embargo también es importante establecer una cierta rutina, aunque sea más flexible y relajada.

Cuida tu alimentación. Si bien es cierto que nuestra alimentación se suele modificar durante el periodo estival, hay ciertos hábitos esenciales que conviene respetar. No pasa nada por darte algunos caprichos, pero es bueno mantener una dieta equilibrada. Descansar no significa atiborrarse de todo y a todas horas, intenta compensar una comida copiosa con una cena más ligera y bebe mucha agua para hidratarte bien.

Realiza actividad física. Si no haces deporte durante el resto del año, puedes aprovechar para iniciarte en alguna actividad, dar largos paseos o nadar. Realizar actividades que puedan cansarte físicamente te ayudará a recuperar el sueño que pierdes durante el año y fomentará la producción de endorfinas, las hormonas de la felicidad. Si ya realizas habitualmente actividad física, utiliza las horas de menos calor para practicar tu deporte preferido.

Comparte tiempo de calidad con los tuyos. Las jornadas laborales pueden ser intensas y no dejar tiempo para disfrutar de la vida personal y familiar. Las vacaciones son un momento único para rodearte de los tuyos y construir nuevos momentos con ellos. Aprovecha para compartir y dedicarles tiempo.

Reencuéntrate contigo mismo. Las vacaciones son un buen momento para reencontrarse con uno mismo/a, meditar o practicar la atención centrada en el presente. Controla los pensamientos que te generen preocupación, inquietud y hasta ansiedad. Piensa qué es lo que te gustaría hacer en ese momento o qué es lo que te pide el cuerpo. Vive el momento, disfruta lo que tienes entre manos y relájate.

Aprovecha para hacer las cosas que te gustan. Es probable que durante el resto del año no tengas tiempo para dedicarlo a las cosas que te gustan. Aprovecha las vacaciones para sumergirte en tus aficiones, ya sea leer, escribir, dibujar, o cualquier otra actividad que te llene de alegría. Estas actividades no solo te permitirán relajarte y desconectar del estrés diario, sino que también te ayudarán a conectar contigo mismo/a y a redescubrir aspectos de tu personalidad que quizás habías dejado de lado.

Realiza una cura de sueño. Adiós a los madrugones, es tiempo de descansar profundamente. Al dormir bien recuperarás la energía y te sentirás mejor. Permítete dormir sin despertador, dejando que tu cuerpo recupere su ritmo natural de sueño. Un buen descanso no solo revitaliza tu cuerpo, sino que también mejora tu estado de ánimo y tu salud mental, permitiéndote disfrutar al máximo de tus vacaciones.

No seas exigente. A pesar de que tenemos idealizadas las vacaciones, no siempre todo sale a la perfección, ni como esperábamos. Por eso, es importante aprender a ser más flexibles y a aceptar las cosas tal y como son. En lugar de sentirte frustrado/a cuando algo no va según lo previsto, adopta una actitud de aceptación y gratitud por lo que tienes y por las experiencias que surgen espontáneamente. Fluir y aceptar las imperfecciones y los cambios inesperados puede abrirte la puerta a nuevas oportunidades y momentos memorables que no habías previsto.

Si sigues estos consejos, podrás maximizar el beneficio de tu tiempo libre y regresar a tu vida diaria con energía renovada y una mente clara. Recuerda que la clave está en encontrar el equilibrio entre el descanso, la desconexión y las actividades que te llenen de alegría y bienestar. ¡Felices vacaciones!

 

 

 

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