¡Qué levante la mano quién no haya gastado estas vacaciones más de lo que tenía previsto! En este post abordamos, sin dramas, cómo intentar recuperar tu economía de aquí a final de año. Y sí, todo pasa por volver a revisar tu presupuesto personal, lo que te ayudará a tener una mayor tranquilidad financiera. Las circunstancias cambian, y es importante que tu presupuesto también lo haga. Revisa y ajusta tu plan cada cierto tiempo para adaptarte a nuevas necesidades o cambios en tus ingresos o en los gastos.
Un presupuesto no tiene que ser rígido; es una guía que debe ir adaptándose a tus necesidades y prioridades y estar alineado con tus metas. Utilizar herramientas digitales, como hojas de cálculo o aplicaciones de presupuesto, puede facilitarte el proceso para realizar un seguimiento constante de tus ingresos y gastos. La meta será mejorar tu ahorro, un objetivo que puedes lograr siguiendo estas recomendaciones:
Sigue la regla del 50/20/30. Este método, recomendado por asesores y entidades financieras, distribuye los ingresos de la siguiente manera: el 50% se destina a los gastos imprescindibles: alquiler o hipoteca de la vivienda, comida o cualquier otro gasto básico. Está partida es fija e intocable en tu presupuesto. El 20%, al ahorro. Es tu fondo de emergencia, ese pequeño colchón para afrontar gastos imprevistos. Y el 30% restante, para gastos opcionales, entre los que se incluye el ocio y del que has debido de tirar para estas vacaciones. Los dos últimos van a ser los más afectados, y en los que tendrás que centrar la revisión y ajuste de tu presupuesto.
¿Cuándo es urgente revisar y reajustar un presupuesto? Los expertos coinciden en que hay que actuar con urgencia cuando los gastos se desvían un 25% de lo previsto. Y las vacaciones son tentadoras para alcanzar o superar ese porcentaje. Si es tu caso, para equilibrar tu presupuesto, hay dos alternativas: reajustar tu capacidad de ahorro a la baja o recortar los gastos. O ambas. Busca en tu día a día aquellos gastos innecesarios que puedes convertir en ahorro para reanimar tu salud económica tras las vacaciones. Seguro que encontrarás pequeños gastos hormiga que agujerean silenciosamente tu bolsillo.
Mantente dentro de tu límite. Es crucial que, una vez reajustado el presupuesto, lo cumplas. Considera usar aplicaciones de control financiero para ayudarte a monitorear tus gastos y mantenerte dentro del presupuesto. Herramientas como Mint, YNAB (You Need A Budget) o Fintonic ayudan a categorizar las compras e identificar patrones de consumo. Muchas de ellas también ofrecen gráficos y reportes visuales que te brindan una perspectiva clara de tu situación financiera, lo que puede ser motivador para seguir el camino correcto.
Prioriza tus gastos. Haz una lista de tus preferencias: identifica cuáles son las actividades que realmente disfrutas y que te brindan mayor felicidad. Si hablamos de ocio, puede ser salir a cenar, ir al cine, o practicar un deporte. Clasifica estas actividades y enfócate en las que más valor te aportan.
Establece nuevas alertas de gasto. Decide de antemano cuánto estás dispuesto a gastar en este último trimestre del año para facilitar el seguimiento, considera establecer alertas en tus cuentas bancarias o aplicaciones de finanzas que te notifiquen cuando te acerques o alcances el límite que has definido. Estas alertas te servirán como recordatorios para ajustar tus gastos y evitar exceder el presupuesto establecido. Mantenerse dentro de estos límites te permitirá disfrutar de tus actividades favoritas sin comprometer tus objetivos financieros.
Opta por alternativas más económicas. Busca formas de disfrutar de tus actividades favoritas sin gastar demasiado. Piensa en opciones más asequibles y económicas. También puedes buscar descuentos, cupones, o suscribirte a newsletters que ofrezcan ofertas. O acudir al mercado de segunda mano y seminuevo de muchos productos de primera necesidad.
Ahorra antes de gastar. Uno de los errores más comunes es gastar primero y ahorrar solo lo que queda al final de mes. Esta práctica puede llevar a que nunca ahorres lo suficiente para tus metas a largo plazo. Para asegurar tu futuro financiero, cambia el enfoque: ahorra antes de gastar. Redefine un nuevo porcentaje fijo de tus ingresos que destinarás al ahorro y trátalo como un gasto esencial.
Automatiza el ahorro. Una forma efectiva de garantizar que ahorras regularmente es automatizar el proceso. Si no lo has hecho antes, configura una transferencia automática desde tu cuenta corriente a una cuenta de ahorros o inversión tan pronto como recibas tu salario. Así, el ahorro al convertirse en una acción automática, no dependerá de tu fuerza de voluntad o de recordar hacerlo cada mes. Al sacar el dinero antes de que tengas la oportunidad de gastarlo, te aseguras de que ese monto esté destinado a tus objetivos financieros. Esta práctica no solo facilita el ahorro, sino que también te ayuda a crear un hábito financiero saludable sin esfuerzo adicional.
Establece metas de ahorro. Tener objetivos claros y específicos te ayudará a mantener la motivación para ahorrar. Define metas concretas, como gastos escolares, un fondo de emergencia o la compra de un coche, y establece una cantidad específica que necesitas ahorrar, así como un plazo para alcanzarlo. Dividir tu objetivo en metas más pequeñas y alcanzables te permitirá ver el progreso con cada salario que recibas, lo que refuerza el hábito del ahorro.
Guarda el dinero inesperado. Los ingresos inesperados, como bonificaciones o devoluciones de impuestos, son oportunidades perfectas para incrementar los ahorros. En lugar de gastar estos fondos adicionales en compras impulsivas o gastos innecesarios, destínalos directamente a tus metas financieras a largo plazo como un fondo de emergencia, inversiones o ahorros para un objetivo específico. Además, adoptar este hábito te ayudará a fortalecer tu disciplina financiera y a estar mejor preparado/a para cualquier imprevisto.
Y aprovecha también medidas económicas que favorecen el bolsillo, como la reciente bajada de tipos de interés un 0,25%, que deja el Euríbor, índice de referencia hipotecaria, en el 3,5%. En la práctica, si eres de los afortunados a los que toca actualizar su hipoteca variable en este mes, la rebaja es de entre 80 y 190 euros al mes, lo que supone un descenso de entre 970 y 2.300 euros al año, según El análisis Impacto de las bajadas de tipos en el mercado de la vivienda, elaborado por Fotocasa. Y si no, no te preocupes. Los expertos prevén una nueva rebaja del Banco Central Europeo (BCE) de un cuarto de punto antes de que finalice el año.
Controla las compras impulsivas. Antes de realizar una compra, es importante que te preguntes si realmente es necesaria y si puedes esperar para adquirirla. Tomarte un tiempo para reflexionar, como aplicar la «regla de las 24 horas», es decir, esperar un día antes de comprar, puede ayudarte a determinar si se trata de una necesidad real o de un impulso pasajero. Muchas veces, al posponer una compra, te das cuenta de que el deseo de adquirir ese artículo disminuye o desaparece por completo. También puedes establecer un presupuesto mensual para pequeños caprichos, lo que te permitirá disfrutar de algunos gustos sin comprometer tus finanzas. Controlar las compras impulsivas no solo te ayudará a ahorrar, sino que también te enseñará a valorar más lo que compras y evitar gastos innecesarios.
Evita el FOMO (Fear of Missing Out). No sientas la presión de asistir a todas las actividades sociales o de comprar lo último en tecnología o moda solo porque otros lo hacen. El miedo a perderse algo, conocido como FOMO, puede llevarte a gastar dinero en actividades sociales, eventos o compras impulsivas. Aprender a decir «no» de manera asertiva es fundamental para proteger tus finanzas y priorizar tus verdaderos intereses. Enfoca tus recursos en lo que ahora realmente necesitas. Recuerda que el bienestar financiero a largo plazo es más importante que ceder a la presión social del momento.
Evita financiarlo todo con crédito. Si no puedes pagar una actividad de ocio en efectivo, es importante que reconsideres si realmente es necesario. Financiar el entretenimiento con tarjetas de crédito o préstamos puede parecer una solución fácil, pero es un trampantojo. Si es tu caso, y has financiado tus vacaciones este año, el consejo de los expertos es saldar la deuda cuanto antes, ya que los intereses acumulados pueden transformar un gasto aparentemente pequeño en una pesada carga financiera significativa a largo plazo. Por lo tanto, antes de utilizar crédito para actividades que no sean imprescindibles, evalúa si puedes ajustar tu presupuesto o esperar hasta que tengas el dinero disponible. Adoptar esta estrategia te ayudará a evitar deudas innecesarias y a mantener una salud financiera más estable.
Paga tus tarjetas a tiempo. Si utilizas tarjetas de crédito, es crucial que pagues el saldo completo cada mes. Al hacerlo, evitarás que se acumulen intereses sobre el saldo pendiente. Pagar a tiempo también te ayuda a mantener un buen historial crediticio, lo cual es fundamental para obtener buenas condiciones en futuros préstamos o tarjetas. Establece recordatorios de pago o configura pagos automáticos para asegurarte de cumplir con esta práctica. Mantener tus pagos al día te permitirá usar el crédito de manera responsable, evitando cargos adicionales y ayudándote a mantener un control firme sobre tus finanzas.
Utiliza programas de recompensas y ‘cashback’. Aprovecha los programas de recompensas, puntos y ‘cashback’ de tus tarjetas de crédito o de algunas aplicaciones financieras. Al utilizar estos programas, puedes obtener descuentos, reembolsos o puntos que se pueden canjear por compras futuras, vuelos, estadías en hoteles, y más. De esta forma, estarás obteniendo beneficios adicionales por tus gastos cotidianos, siempre y cuando pagues tus tarjetas a tiempo para evitar intereses. Esta práctica te ayudará a maximizar el valor de tus gastos, permitiéndote disfrutar más de tu ocio sin salirte del presupuesto.
Como verás, con una adecuada educación financiera y un equilibrio en el manejo de los ingresos, se puede disfrutar del dinero sin perder de vista sus metas a largo plazo. La clave está en encontrar un punto de equilibrio, donde el placer del ocio y la responsabilidad financiera coexistan de manera armoniosa.
TEST
¿Necesita tu presupuesto una revisión urgente?
Responde a nuestro test para descubrirlo.
1. ¿Con qué frecuencia revisas tu presupuesto?
A. Menos de un mes
B. Entre 1 y 3 meses
C. Cuando me acuerdo.
2. ¿Cómo sueles controlar tus gastos diarios?
A. Anoto todos los gastos y reviso el presupuesto para evitar posibles desvíos.
B. De vez en cuando, anoto los gastos, pero no los reviso con el presupuesto.
C. No llevo un control de los gastos diarios.
3. ¿Tu gasto mensual es mayor, igual o menor que tu ingreso mensual?
A. Mis gastos están dentro de mi ingreso mensual o son menores.
B. A veces mis gastos superan mis ingresos, pero no siempre.
C. Mis gastos siempre superan mis ingresos, y recurro a crédito para cubrir la diferencia.
4. ¿Tienes alguna deuda o saldo pendiente que afecta tu presupuesto mensual?
A. No tengo deudas que afecten mis finanzas mensuales.
B. Arrastro desde hace algún tiempo pequeñas deudas.
C. Tengo varias deudas y no puedo cubrir los pagos sin endeudarme más
5. ¿Tienes objetivos de ahorro definidos (fondo de emergencia, gastos escolares, vacaciones, jubilación…)?
A. Sí, y sigo mi plan.
B. Tengo algunas metas, pero reconozco que me falta constancia.
C. No suelo plantearme objetivos de ahorro. Voy al día.
6. ¿Sabes cuánto tienes ahorrado en total?
A. Sí, y lo reviso regularmente.
B. Tengo una idea aproximada, pero no lo reviso con frecuencia.
C. No sé exactamente.
7. ¿Con qué frecuencia revisas y actualizas tus gastos fijos (alquiler, seguros, hipoteca, suscripciones…?
A. Lo hago al menos una vez al mes.
B. Solo lo reviso cuando gasto mucho.
C. No reviso mis gastos fijos, los dejo como están.
8. ¿Has identificado y eliminado gastos innecesarios en tu presupuesto?
A. Sí. Lo hago regularmente.
B. He identificado algunos gastos innecesarios, pero no los he eliminado.
C. Desconozco qué gastos son innecesarios.
9. ¿Has considerado aumentar tus ingresos?
A. Sí, estoy activamente buscando formas de aumentar mis ingresos o de reducir los gastos.
B. Sí lo he pensado, pero no sé cómo.
C. No he pensado en aumentar mis ingresos.
Resultados:
Mayoría de A. Tu presupuesto está bien organizado y bajo control. Revisa periódicamente para mantener el equilibrio.
Mayoría de B. Tu presupuesto tiene áreas que necesitan atención. Revisa con más frecuencia y ajusta para mejorar tu control financiero.
Mayoría de C. Es urgente que revises y ajustes tu presupuesto. El descontrol financiero podría llevarte a problemas serios si no actúas pronto.
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