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8 medidas para alcanzar la libertad financiera

Bien-ESTAR · 22 noviembre 2022

Todos dependemos de un nivel de ingresos para hacer frente al conjunto de gastos que tenemos que asumir mensualmente: pago de créditos, facturas, cesta de la compra, estudios de los hijos… Para la mayoría de las personas vivir sin tener que preocuparse por el dinero es una aspiración, un sueño irrealizable que, sin embargo, es alcanzable.

La libertad financiera es la capacidad que tiene una persona para poder vivir de la rentabilidad de sus inversiones o de los ingresos procedentes de sus ahorros. El movimiento FIRE, (siglas en inglés de independencia financiera, jubilación temprana) promueve este modelo cuya intención es que ese momento llegue lo antes posible apostando por combinar un estilo de vida sencillo y una inversión inteligente de los ahorros.

Y la buena noticia es que para alcanzar la libertad financiera no es necesario “ser rico”, de hecho, no siempre quienes ingresan más gozan de una mejor salud financiera. Hay personas financieramente más sanas con ingresos bajos, y personas con mayores ingresos con una salud financiera pobre.

 

La fórmula de la libertad financiera

La fórmula de la libertad financiera es bien sencilla: los ahorros más los ingresos tienen que sumar una cantidad superior a todos los gastos -tanto fijos como variables- necesarios para poder vivir. Una meta que no es imposible de conseguir, a pesar de que, según datos de Adecco, el 60% de las personas llegan a la edad de 50 años sin haber logrado este propósito vital.

La `libertad financiera’ es un concepto que cada vez tiene más seguidores, sobre todo entre los más jóvenes. Los millennials apuestan por combinar un estilo de vida sencillo y una inversión inteligente de sus ahorros para poder generar unas rentas que les permitan dejar de trabajar lo antes posible sin tener que llegar a la edad de jubilación o seguir trabajando, pero en sus propios proyectos, sin estrés, y poder llevar el estilo de vida que desean.

Estas son algunas medidas para ganar en libertad financiera:

Saldar las deudas. Lo más importante para poder llegar a alcanzar la libertad financiera es cancelar las deudas existentes y no adquirir otras nuevas. Se puede comenzar eliminando el sobreendeudamiento relativo a cantidades menores, como tarjetas de crédito y préstamos al consumo para pasar luego a los de mayor importe como la hipoteca.

Generar fuentes adicionales de ingresos. Para alcanzar la libertad financiera total lo mejor es crear fuentes adicionales de ingresos. El mundo digital ha abierto grandes alternativas para obtenerlos, otra posibilidad es, por ejemplo, si disponemos de una segunda vivienda totalmente pagada, alquilarla las temporadas que no la usemos.

Ahorrar. Es uno de los pasos imprescindibles. Los expertos recomiendan la regla del 20/10/70. Esto es: un 20% ahorro, un 10% inversión y un 70% gasto. A medida que el plan económico vaya fructificando, se pueden modificar los porcentajes reduciendo la cantidad de ahorro puro para destinarla a un mayor rango de inversión quedando en 5/25/70. Se trata de conseguir una determinada cantidad de dinero para que, a través de las inversiones adecuadas, siga creciendo y trabajando para nosotros.

Invertir los ahorros. Lo que se conoce como ahorro activo. Es necesario invertir los ahorros para que nuestro dinero siempre esté produciendo más dinero. De esta manera conseguiremos por un lado no gastar ese capital en cosas innecesarias al no tenerlo disponible y, por otro, las inversiones generarán más ingresos en formas de intereses, rendimientos o dividendos.

Aprovechar el efecto multiplicador del interés compuesto. En palabras del Banco de España, el interés compuesto es la inversión en la cual “los intereses en cada período se suman al capital inicial para producir nuevos intereses”. El interés compuesto permite reinvertir los beneficios consiguiendo así que ese tipo de interés se aplique cada vez sobre una cantidad mayor de dinero con el consiguiente efecto multiplicador. Un ejemplo de interés compuesto son fondos de inversión donde los intereses obtenidos se añaden al principal y por tanto dichos intereses también generan intereses.

Tener una visión a largo plazo. Junto al interés compuesto, la clave fundamental para maximizar nuestra inversión es el tiempo. Cuanto más tiempo mantengamos una inversión donde obtengamos intereses del capital inicial más los intereses reinvertidos, más dinero acumularemos. Es el motivo principal por el que debemos empezar a ahorrar e invertir cuanto antes.

La regla del 4%. Es un método para calcular el porcentaje de las inversiones que se pueden gastar cada año sin que este dinero se acabe. Es lo que se conoce como la tasa segura de retiro, o Safe Withdrawal Rate en inglés. Según esta fórmula, se puede gastar hasta un 4 % de las inversiones o ahorros para la jubilación cada año sin temor a que se termine el dinero. La clave está en que lo que no se retira se mantiene invertido. Lo primero que tendremos que calcular es cuáles son nuestros gastos. Teniendo en cuenta que en España existe la pensión pública, debemos restar a los gastos la pensión de jubilación y, a partir de esa diferencia, hacer el cálculo multiplicando por 25.

Comenzar lo antes posible. Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo, dijo que si de algo se arrepiente “es de no haber empezado a invertir antes” y eso que se inició a la temprana edad de 11 años. Por tanto, cuanto antes empecemos, antes podremos para recoger los frutos y alcanzar la libertad financiera. Además, iremos amasando un colchón económico que podrá salvarnos de muchas situaciones imprevistas y gastos inesperados sin tener que endeudarnos. Lo normal, es empezar por ahorrar el equivalente a 6 meses de gastos mensuales. Por ejemplo, si habitualmente gastamos 1.200 € cada mes, deberemos separar 7.200 € para contar con un buen colchón financiero.

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Te puede también interesar: Descubre qué tipo de ahorrador eres y por qué ahora el perfil previsor es el más adecuado.

 

 

 

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