Llenar el carro en el supermercado resulta cada día más caro. Según la Organización Nacional de Consumidores, OCU, la cesta de la compra se ha disparado en lo que va de año un 15%. Un incremento de precios generalizado que afecta al 95% de los productos que consumimos. Hasta un 118% ha subido el aceite de girasol; un 75% las magdalenas y la margarina; y alrededor de un 50% los plátanos, la pasta, el aceite de oliva y la harina. Este año un hogar medio afrontará un sobrecoste de 830 euros tan solo en alimentación.
Desde Avanza Previsión ofrecemos algunos trucos y estrategias de consumo con los que es posible economizar en el supermercado:
Comparar entre supermercados. Aunque la elección del supermercado es algo muy personal, desde un punto de vista financiero es mucho más rentable elegir el que ofrece precios más económicos. La OCU señala que se puede ahorrar 994 euros de media eligiendo bien el supermercado, a pesar de que en el último año la diferencia entre caros y baratos se ha reducido un 7,3%, debido a que los económicos han subido más los precios que los caros. Aun así, comprar en un supermercado con precios bajos supone un 18% menos del presupuesto que un hogar medio destina a la cesta de la compra.
Apostar por las marcas blancas. Podemos reflexionar sobre qué marcas nos aportan realmente valor y cuáles no. Si en un producto el fabricante no es un factor diferenciador, mejor apostar por una marca del distribuidor. Adquirir marcas blancas supone ahorrar un 40% en el carro de la compra, unos 2.500 euros al año (en el caso de toda la compra estuviera compuesta tan solo por marcas blancas), según la Organización de consumidores y usuarios, OCU.
Llevar apuntado lo que necesitamos. Hacer un listado detallado de lo que tenemos que comprar antes de ir al supermercado y no salirnos del guion para evitar tentaciones. Es la fórmula más fácil para no acabar llenando la cesta de la compra con productos innecesarios. Antes de realizar el listado es necesario planificar aspectos como el menú semanal, estando abiertos a posibles cambios según las ofertas que encontremos.
No ir al supermercado con hambre. Básico pero muy efectivo. Si vamos a la compra con el estómago vacío, todo nos apetecerá, compraremos más y menos sano. La revista científica Proceedings of The National Academy of Sciences de Estados Unidos, ha constatado que, al sentir hambre, el cerebro permite generalizar percepciones de la comida e ignorar si un alimento es saludable o incluso su precio.
Aplicar el consumo consciente. En otras palabras, meditar sobre lo que compramos. ¿Necesito realmente este producto? ¿Es la cantidad que voy a consumir realmente? Con estas reflexiones, además de ahorrar, evitaremos el desperdicio. Los españoles arrojamos al cubo de la basura 28 kilos de alimentos al año. En 2021 se desecharon 1,2 millones de toneladas, según el Ministerio de Agricultura.
El método de la lista online. Crear una serie de listas predeterminadas en la página online del supermercado. Una lista por cada semana del mes para la compra de alimentos perecederos y otra para los productos que no hacen falta semanalmente. Este método es muy efectivo, con él se puede ahorrar hasta un 25% del gasto mensual, cerca de 100 euros al mes. Cada semana bastará con entrar en el supermercado online, seleccionar la lista que queremos y darle a comprar y, no olvidarnos de alcanzar la compra mínima para que los gastos de envío sean gratuitos. Comprando online ahorraremos tiempo y dinero.
Cuidado con las ofertas. Permiten ahorrar, pero sólo si se saben aprovechar de verdad y no siempre es así. La trampa de los cupones de descuento y ofertas 3×2, es que nos empujan a consumir más y seguir gastando. Las marcas quieren que consumamos y la mayoría de las ofertas engañan a nuestro cerebro para activar la alarma de que estamos dejando pasar una gran oportunidad de ahorrar. Tampoco es buena idea elegir un supermercado por sus ofertas ya que los supermercados con muchas ofertas hacen que al final gastemos más en cosas que no nos hacen falta.
Aprovechar la despensa. A veces tenemos productos en la despensa que ni sabemos que guardamos y pueden llegar a caducar sin consumir. “Tirar de despensa” es una buena manera de ahorrar. También se puede sacar partido a las ofertas del tipo 3×2 o descuentos del 70% en la segunda unidad, por ejemplo, en artículos de limpieza que suelen ser los más caros. Para sacarle partido a la despensa es fundamental mantenerla en orden.
Comprar productos de temporada. Es uno de los consejos clásicos que sigue funcionando. Los productos de temporada siempre tienden a ser más baratos que los que no lo son porque se ahorran los costes de importación y son más abundantes, además ganaremos en sabor.
Ser fieles a un supermercado. Es una forma de aprovechar los programas de puntos y de fidelización. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que el supermercado más competitivo en precios es el que nos hará ahorrar más.
Comparar el coste por kilo o unidad. La mejor forma de comprar productos es ver cuánto costaría un kilo o litro y no dejarnos llevar por el precio final. Hay productos en envases pequeños porque así parecen más baratos, cuando el precio por kilo puede ser muy elevado.
Aprovechar la tecnología. Existen apps para ahorrar en el supermercado como SoySuper, SuperTruper, Ofertia o Radarprice permiten hacer una lista de la compra con los diferentes precios que podemos encontrar en cada supermercado. Dependiendo de lo que queramos comprar nos recomendarán uno u otro centro.
Mirar bien en los estantes. El objetivo de la tienda es que compremos más y los productos más caros suelen estar a la altura de nuestros ojos en los lineales. Por el contrario, los más baratos suelen estar abajo o en los de arriba.
Comprar en comercios de cercanía. Hace que ahorraremos tiempo y gastos en desplazamientos, además de contribuir a que no se desperdicien alimentos al comprar a diario justo lo que necesitamos. Dejar para hacer una vez al mes la compra más voluminosa en una gran superficie.
Productos congelados. Los congelados suelen ser más baratos que los frescos y su mala reputación no está justificada porque muchos de ellos conservan mejor sus propiedades que los frescos. Pescado, carne y verduras han disparado sus precios y podemos encontrarlos congelados hasta el 30% más baratos respecto al mismo producto fresco, según las estimaciones de la asociación de fabricantes y distribuidores de productos congelados Frozen España.
Comprar a última hora del día. Los supermercados bajan los precios a última hora del día de productos a los que tienen que dar salida, sobre todo los sábados anteriores al cierre del domingo cuando tiran el precio de los productos frescos.
Llevar las bolsas de casa. La compra de bolsas de última hora supone especialmente un gasto añadido. No en vano, los supermercados han ingresado unos 600 millones de euros de la venta de bolsas reutilizables, según un estudio de Merca2.
Y por último. Revisar el ticket de la compra ya que muchas veces contiene cargos erróneos.
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