El precio del combustible se ha disparado en el último año y, a pesar de las medidas aplicadas recientemente por el Gobierno para rebajar el coste por litro, llenar el depósito sigue saliendo por un ojo de la cara. Existen unos sencillos “trucos” de conducción eficiente que podemos poner en práctica con los que ahorraremos hasta un 15% en carburante.
Además de ahorrar gasolina o gasóleo, la conducción eficiente tiene otras ventajas: aumenta el confort, evita frenazos y acelerones bruscos e incrementa la seguridad vial gracias a una conducción que respeta la distancia de seguridad.
Expertos del RACE (Real Automóvil Club de España) nos explican qué hay que hacer para una conducción más eficiente y económica. Estos son sus consejos:
Planificar bien el viaje
Un viaje bien planificado nos permitirá llegar a nuestro destino de la manera más rápida, fácil y segura, y ahorrando combustible. Alargar solo diez minutos un trayecto de una hora puede provocar un aumento del consumo en gasolina o gasoil de hasta un 14%.
Comprobar la presión de los neumáticos
Los neumáticos deben ir hinchados a la presión indicada por el fabricante y según las condiciones climatológicas (con mucho frío el neumático necesita un poco más de presión). Conducir usando neumáticos con una presión de 0,5 bares inferior a la correcta hace que el consumo aumente en un 2% en áreas urbanas y un 4% en las interurbanas. En un viaje con el coche muy cargado también hay que aumentar la presión de las ruedas.
Dejar lo imprescindible en el maletero
Antes de emprender la marcha, sobre todo si se trata de un viaje largo, hay que racionalizar el volumen y el reparto de la carga. No solo es una cuestión de espacio, conducir con 100 kilos a bordo ocasiona que el consumo de combustible, en un coche de tamaño medio, se dispare hasta un 6%. A diario pasa lo mismo, hay que hacer un repaso a todo lo que guardamos en el maletero y quitar lo que no necesitemos, el coche no es un almacén.
Arrancar el motor sin pisar el acelerador
En los motores de gasolina se puede iniciar la marcha inmediatamente después del arranque; en los motores diésel, esperar unos segundos. Hay que usar la primera marcha sólo para el inicio y cambiar a segunda a los dos segundos o seis metros aproximadamente. Comenzar a conducir lentamente, a unos 20 km/h en cinco segundos puede ahorrar hasta un 11% de combustible y, sobre todo, evitar acelerar bruscamente.
Mantener una velocidad uniforme
Mantener la fluidez en la circulación evitando frenar, acelerar y cambiar de marcha si no es necesario. Para decelerar, levantar el pie del acelerador y antes de accionar el pedal de freno, si la situación lo permite, podemos dejar que sea el freno motor el que actúe primero. Si tenemos que frenar, hacerlo de forma suave y reducir de marcha lo más tarde posible, con especial atención a las cuestas en bajada. Circulando a unos 20 km/h con una marcha insertada, si no pisamos el acelerador el consumo de carburante es prácticamente nulo. Al ralentí, el coche consume entre 0,5 y 0,7 litros/h. En autopista a medida que aceleramos, aumenta el gasto de combustible ya que el motor tiene que luchar contra la resistencia del viento. Es recomendable no superar los 120 Km/H si no queremos ver bajar la guja del depósito con rapidez.
No dejar el motor inactivo
En paradas prolongadas es recomendable apagar el motor, ya que un motor al ralentí consume carburante.
Aire acondicionado o ventanas abiertas
Recurrir al aire acondicionado solo cuando sea necesario. En ciudad es mejor ir con las ventanillas bajadas. En carretera, la situación es la contraria: mejor viajar con las ventanas cerradas y el aire acondicionado conectado. Abrir las ventanillas puede ser un riesgo para la seguridad a alta velocidad y, además, el viento que entra en el interior del vehículo hace que la resistencia sea mayor y el consumo de combustible aumente.
Usar el freno del motor
Si soltamos el acelerador cuando nos damos cuenta de que hay que frenar, casi se detiene el suministro de combustible, con lo que su consumo se reduce hasta en un 2%.
Usar la marcha más larga y no revolucionar el motor
Hay que optimizar al máximo el cambio de marchas. Circular el mayor tiempo posible en las relaciones más largas y a bajas revoluciones (en la ciudad, siempre que sea posible, utilizar la 4ª o 5ª marcha, respetando los límites de velocidad). El motor de un coche diésel aconseja cambiar de marcha entre el 1.500 y 2.500 rpm. En caso de los de gasolina el momento óptimo se sitúa entre 2.000 y 2.500 rpm. Si el coche no dispone de cuentarrevoluciones, el sonido del motor nos puede servir como referencia.
Aprovechar las bajadas
Utilizar los descensos para ahorrar en el consumo de combustible. Aprovechar la inercia para adelantar el cambio de marchas circulando a bajas revoluciones. En las subidas, retrasar al máximo la reducción de marcha, incrementando ligeramente la presión sobre el acelerador, aunque nunca pisando a fondo.
Prácticas que pueden salir caras
En las redes sociales hay una gran cantidad de consejos que es mejor no tener en cuenta porque, además de no ayudarnos a ahorrar, son prácticas que pueden salirnos muy caras.
Consejos que no hay que seguir:
Bajar en punto muerto.
Cuando el motor no lleva una marcha metida, necesita inyectar gasolina de forma continua para no calarse, además, ir en punto muerto es muy peligroso ya que el coche puede embalarse y es más difícil de controlar. Es mucho más efectivo usar el freno motor tanto para cuidar el vehículo como a nosotros mismos.
Activar el regulador de velocidad.
Mantener una velocidad constante hace que nuestro coche consuma menos gasolina y el regulador de velocidad ayuda. Sin embargo, es una afirmación que sólo es cierta en llano. Es decir, el problema llega en las pendientes ya que como el sistema está obligado a mantener la velocidad programada, el consumo en ese momento se dispara.
Inflar los neumáticos.
Hinchar los neumáticos más de lo recomendado por el fabricante es muy arriesgado ya que de esta forma el agarre disminuye y el riesgo de que estalle es mayor. Además, la práctica opuesta tampoco es buena ya que llevar el neumático desinflado consume más combustible.
Imanes en el tubo de combustible.
Existe la creencia popular de que colocar unos imanes de neodimio en el tubo de combustible puede ayudarte a ahorrar gasolina, pero, no hay ninguna prueba real de que esto funcione.
Aprovechar el rebufo.
Acercarse mucho al coche de delante para reducir la resistencia de nuestro coche al viento y así consumir menos, es una práctica que, aunque cierta, es muy peligrosa. Es muy importante respetar la distancia de seguridad por seguridad.
¡Únete a la comunidad de personas que ya están definiendo su futuro!