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La sentencia «mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo» resume una gran verdad. Cada uno de nosotros tenemos la oportunidad, mediante pequeños gestos diarios de reducir las emisiones, frenar el cambio climático y contribuir a la salud del planeta.
Nuestros hábitos y estilo de vida no son inocuos, dejan una huella de carbono en base a la cantidad de emisiones de CO2 que generamos. Minimizar este impacto medioambiental con pequeñas acciones en nuestro día a día debe ser una prioridad para todos nosotros y además ahorraremos en la factura energética. Según datos de Eurostat, en España el 18,5% de las emisiones de gases contaminantes son de origen doméstico, lo que demuestra la necesidad de ser conscientes de la importancia que nuestro comportamiento tiene para reducir el impacto ambiental.
1. Beber agua del grifo
Este sencillo gesto hace que la huella de carbono se reduzca considerablemente al evitar la emisión de hasta 235 kilos de CO2 a la atmósfera. Para fabricar una botella de medio litro de agua embotellada se necesitan 3 litros de agua, lo que refleja el gasto medioambiental que supone este contaminante plástico que tarda más de un siglo en desaparecer de nuestro planeta.
2. Usar el transporte público y la bicicleta
Todos los días tenemos que desplazarnos y la forma en la que realizamos estos desplazamientos influye en el cambio climático. Se calcula que en nuestro país el 50% de los trayectos por ciudad se realizan en vehículos propios y tan sólo el 37% en transporte público. Las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan al ir y volver del trabajo pueden ser hasta cuatro veces menores si en vez de ir en coche cogemos el transporte público. Y también podemos andar si las distancias no son muy grandes o utilizar la bicicleta, un ciclista evita al año la misma cantidad de emisiones de CO2 que genera un vuelo entre Barcelona y Madrid.
3. Apagar y desenchufar aparatos eléctricos
Televisión, ordenador, cafetera, etc. Si los desenchufamos cuando no se usan ahorran 87,2 kilogramos de CO2 anuales (equivalentes a plantar 4 árboles). El inofensivo cargador del móvil desenchufado ahorra 6 kilos más.
4. Hacer un buen uso del papel
Reutilizar aquellas hojas que ya han sido usadas con anterioridad y evitar imprimir cosas innecesarias. La mayor parte de la información que recibimos puede ser almacenada en la nube. Imprimir solo si es absolutamente indispensable.
5. Aprovechar la luz natural
Siempre que sea posible apagar las luces y aprovechar la luz natural que entra por las ventanas. Usar bombillas de bajo consumo, las LED gastan hasta un 80% menos de electricidad y su duración es mayor que otras. Son reciclables y no contienen tantos elementos contaminantes.
6. Controlar la temperatura
La temperatura óptima es de 21ºC en invierno y de 26ºC en verano. En climatización, las diferencias de temperatura con el exterior superiores a los 12ºC no son saludables, por lo que aparte de reducir las emisiones a la atmosfera, estaremos cuidando de nuestra salud. Con un solo grado menos en la calefacción habrá 300 kg menos de emisiones de CO2.
7. Reciclar adecuadamente
Los datos relacionados con la situación del cambio climático en España reflejan que el sector de los residuos contribuye, aproximadamente, a un 3% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Recudir el consumo de productos no reciclables o que no pueden ser reparados en caso de avería, reducir la generación de envases y separar correctamente los residuos, nos ayudarán a reducir nuestra huella de carbono.
8. Mandar los emails necesarios
Los correos electrónicos también contaminan. Cuando enviamos un email se precisa energía para alimentar los centros de datos, los ordenadores u otros dispositivos necesarios para filtrar, leer o entregar los mensajes. El uso de todos estos aparatos implica la emisión de dióxido de carbono. Según la revista científica Nature las cifras de consumo de datos para el 2025 serán alarmantes y constituirán aproximadamente el 21% del consumo mundial de energía en 2030.
9. Apuesta por la producción local
Comprar en la medida de lo posible productos locales. De esta manera además de contribuir al desarrollo económico de proximidad, estaremos haciendo a las empresas ahorrar en el transporte de mercancías, que genera muchas toneladas de emisiones al año.
10. Hacer un uso eficiente de los electrodomésticos
Sencillos gestos como apagar el horno cinco o diez minutos antes para que el alimento termine de cocinarse con el calor acumulado o utilizar el microondas, en lugar del horno tradicional, puede llegar a conseguir ahorros de energía cercanos al 60%. Al comprar un electrodoméstico nuevo, conviene mirar la etiqueta energética, la de color verde y letra A corresponde a los aparatos más eficientes. Los electrodomésticos consumen más del 45 % de la electricidad del hogar.
Y para concluir poner siempre en práctica la regla de las 3R para cuidar el medio ambiente: Reducir, Reciclar y Reutilizar.
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